Gobierno
Estructura y funciones gubernamentales en Arabia Saudita
El Gobierno de Arabia Saudita es una monarquía absoluta con poderes ejecutivos, legislativos y judiciales concentrados en el Rey. El Rey es el jefe de Estado y de Gobierno, además de ser el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas. El monarca tiene la autoridad para designar a los ministros, gobernadores y otros altos funcionarios del gobierno, así como para dictar decretos reales y emitir órdenes que deben ser cumplidas por todas las instituciones del país.
El Rey también preside el Consejo de Ministros, que es el principal órgano ejecutivo del gobierno y está compuesto por los ministros de diferentes carteras. Este consejo se encarga de formular y ejecutar las políticas nacionales, así como de supervisar la administración pública y las instituciones estatales. Además, el Rey es asistido por el Consejo de Asesores, un grupo de expertos y académicos que lo aconsejan en asuntos de política interna y externa.
En cuanto al poder legislativo, Arabia Saudita cuenta con un sistema bicameral compuesto por el Consejo de la Shura y la Asamblea Consultiva. El Consejo de la Shura es un órgano consultivo formado por miembros designados por el Rey, mientras que la Asamblea Consultiva está compuesta por miembros elegidos por votación popular. Ambas cámaras tienen la facultad de proponer leyes, discutir presupuestos y realizar funciones de control sobre el gobierno.
En el ámbito judicial, la Corte Suprema de Arabia Saudita es el máximo tribunal del país y tiene la autoridad para interpretar la Constitución y revisar la legalidad de las leyes y decretos reales. Además, existen tribunales de apelación, tribunales de primera instancia y tribunales especiales que se encargan de administrar justicia en diferentes áreas del derecho.
En resumen, el Gobierno de Arabia Saudita es una monarquía absoluta en la que el Rey tiene poderes ejecutivos, legislativos y judiciales, asistido por consejos y órganos consultivos. Esta estructura gubernamental es fundamental para la estabilidad y el funcionamiento del país, así como para la promoción del bienestar y el desarrollo de sus ciudadanos.